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martes, 11 de abril de 2006

Aprendiz, infinita constante

Planetario Humbold, Caracas

Cuando comencé el curso de reconocimiento de estrellas, en realidad no sabia que esperar, no entendía muy bien de qué manera alguien podría instalar en mi mañosa mente que se rehúsa a memorizar nada distinto a imágenes, nueva sapiencia acerca del infinito universo. Nombre de estrellas y constelaciones? Tarea para un mago –pensé- y de los buenos! Pero dado mi gusto por mirar hacia el cielo, decidí dejarme llevar sin resistencias, ni prejuicios, con mi mente abierta y atenta.

Me incorpore en la sala oscura de la mano de un vigilante que insistió en tomármela para evitarme tropiezos, dejándome en un asiento al Este de aquella diminuta bóveda celeste -si se compara con la verdadera-. Me eche en uno de los asientos, que después descubrí de cuero verde, respire profundo y me puse cómoda –si es que esto es posible- y deje al iris acostumbrarse a la penumbra, en poco, aquel cielo simulado a escala, siete veces mas pequeño que el original, se fue develando, me hechizó y me sacó una sonrisa, no pude evitar recordar las veces que había visto el cielo tan nítido, me extrapole a mis noches de infancia y a las de adultas también, en Palmira, en Bailadores, en Punto Fijo, en el Jarillo, en Choroní, –supe entonces que podía esperar salir contenta de allí cada noche de clase- y fue entonces que comencé a escuchar a Alexis iniciándonos y nivelando los mas elementales conceptos de astronomía.

Aprendí que las estrellas se forman por la concentración de hidrógeno que al concentrarse producen explosiones que se transforman en nuevos elementos más pesados que por gravedad se van adhiriendo, mas y mas elementos que se encuentran flotando en el espacio, y que llega un punto en el que ya no puede seguir creciendo y vuelve a explotar denuevo; aprendí que la complejidad de elementos que componen nuestra madre tierra viene de una transformación infinita de elementos que primigeniamente estuvieron flotando en el universo, todo, incluyendo nuestra corporeidad; aprendí que todos estos elementos provienen de otras explosiones que experimentaron otros cuerpos celestes, en un permanente reciclaje estelar; aprendí que estrellas y planetas se descomponen y recomponen infinitamente, en ciclos que ningún mortal puede experimentar. Aprendí que existen estrellas azules, rojas, blancas; aprendí que su brillo es distinto de acuerdo con el tamaño, su propia composición y su cercanía; aprendí que desde que el hombre dejo de ser nómada se interesó por la bóveda celeste y que mucho del conocimiento desarrollado se remonta a la civilización árabe, continuada por los griegos y desarrollado capa sobre capa desde entonces; aprendí que todas las civilizaciones –incluyendo a nuestras raíces indígenas- todas le han conferido al cielo y la posición de las estrellas una simbología que conecta a la humanidad con algo que le es inaprensible, en la forma de mitología, astrología y demás hiervas, confiriéndole a las estrellas una connotación humana, dotándola de significado e ingerencia en el desenvolvimiento humano.

Aprendí los nombres de muchas constelaciones y algunas estrellas. Aprendí a reconocer a Sirio a partir de la constelación de orión. Aprendí que desde mi cama se puede ver a Saturno junto a Spica de virgo a las 11 pm y a la diosa del amor Venus a las 3 am. Aprendí donde está capella, mecalinan y omicron del cochero. Castor y Pólux de la constelación de géminis. Antares de la constelación de escorpión. Régulo y Denébola de leo. mintaka de orión. Dubhe, fesdha, megrez, merak, alioth, mizar, alcor y alkaid de la osa mayor. Ferkad, Kochab y Polaris de la osa menor. Acruz, gacruz, dacruz y mimosa de la cruz del sur. Arturo de Hércules. Aldebarán del Toro. La cabellera de berenice, el dragón, la lira, el carnero, el delfín, cáncer y pisis, el boyero, las pleyades.

Tenemos mucho por aprender, solo se que no se nada... pero aprendí donde buscar, Ale encontró en Internet un par de programitas que hemos usado desde nuestra cama que nos ayuda a ubicarla según la orientación y hora precisa. Pasamos un buen rato cada noche y conocimos chévere gente. Alexis un aplauso por tu dedicación y tu memoria!

Ahh y los invitamos a acampar en el Avila la noche del 20 para el 21 cuando podremos ver una lluvia de estrellas fugaces... anímense!!!

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