Orinoco, déjame en tus márgenes
de aquella hora sin hora:
déjame como entonces ir desnudo,
entrar en tus tinieblas bautismales.
Orinoco de agua escarlata,
déjame hundir las manos que regresan
a tu maternidad, a tu transcurso,
río de razas, patria de raíces,
tu ancho rumor, tu lámina salvaje
viene de donde vengo, de las pobres
y altivas soledades, de un secreto
como una sangre, de una silenciosa
madre de arcilla.
pablo neruda
A propósito de que he estado montando viejas imágenes hechas por mi durante uno de los trabajos realizado en la maestría en el 2004 en mi cuenta de Flickr, recordé este poema, que en otros tiempos me emocionó, y que aún lo hace y decidí hoy colocarlo aquí para compartirlo con ale y los que por casualidad caen aquí, el orinoco es un lugar al sur de venezuela que me ha llenado el espíritu por su imponencia y fuerza vital en cada oportunidad que he tenido de estar a orillas de sus márgenes. En el 1993 si mal no recuerdo hice junto a varios amigos arquitectos un concurso para lo que se llamaría "el mundo de los niños" que consistía en un museo en la confluencia de los rios Orinoco y Caroní, para el veredicto recuerdo que nos movilizamos para allá y aunque no ganamos el concurso, yo tuve mi primera aproximación a esa ciudad monumental y de la modernidad.
Luego en el 2004 hicimos en la maestría un trabajo en Ciudad Guayana, y por fin entendí que esta la conforma la ciudad moderna de Puerto Ordaz y San Félix poblado tradicional, fuimos en patota con profesores y alumnos, nos caminamos con más tiempo y planos en mano, buena parte de los lugares de esa ciudad dominada por su condición geográfica monumental. Esta fué una aproximación más detallada y vivida, medio tormentosa además.
Más tarde en el 2005 mis socios me enviaron como embajadora para entablar relaciones laborales con la UNEG, que no resultó muy fructífera, pero eso si me comí el mejor LAU-LAU frito que halla probado hasta ahora, en un barquito que tranformaron en restaurant en el Club Naútico de Puerto Ordáz, alli en aguas del Orinoco, viendo el atardecer y en amena compañia. En esta oportunidad tambien fuimos a una caserío llamado Las Galderas del Orinoco cuya comunidad se dedica a la pesca tradicional.
Y hace muy poco, en diciembre del 2006 regresé con Ale a presentarselo al río, sin más plan que nuestro destino al sur, visitamos en una velóz visita La llovizna, San félix y su malecón, el ecomuseo y por supuesto el restaurant, donde de nuevo me agarró la noche de la mano de ese hombre maravilloso que se vive en mi corazón.
Luego en el 2004 hicimos en la maestría un trabajo en Ciudad Guayana, y por fin entendí que esta la conforma la ciudad moderna de Puerto Ordaz y San Félix poblado tradicional, fuimos en patota con profesores y alumnos, nos caminamos con más tiempo y planos en mano, buena parte de los lugares de esa ciudad dominada por su condición geográfica monumental. Esta fué una aproximación más detallada y vivida, medio tormentosa además.
Más tarde en el 2005 mis socios me enviaron como embajadora para entablar relaciones laborales con la UNEG, que no resultó muy fructífera, pero eso si me comí el mejor LAU-LAU frito que halla probado hasta ahora, en un barquito que tranformaron en restaurant en el Club Naútico de Puerto Ordáz, alli en aguas del Orinoco, viendo el atardecer y en amena compañia. En esta oportunidad tambien fuimos a una caserío llamado Las Galderas del Orinoco cuya comunidad se dedica a la pesca tradicional.
Y hace muy poco, en diciembre del 2006 regresé con Ale a presentarselo al río, sin más plan que nuestro destino al sur, visitamos en una velóz visita La llovizna, San félix y su malecón, el ecomuseo y por supuesto el restaurant, donde de nuevo me agarró la noche de la mano de ese hombre maravilloso que se vive en mi corazón.
0 comentarios:
Publicar un comentario